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APOYO EMOCIONAL A SU ALCANCE

En un mundo agobiado por la dispersión y la distracción por las cosas externas, cada vez el desconocimiento y la lejanía entre nosotros mismos se hacen más grandes. Para acortar esta brecha, propongo  acciones terapéuticas y meditativas que permitan controlar y reducir la tristeza, el sufrimiento, la carencia de sentido de vida, la ansiedad, el miedo, la soledad y el estrés, emociones comúnmente experimentadas cuando se está fuera del centro de uno mismo. Aprender a observarnos, es la entrada hacía la esencia de nosotros mismos. La interrelación entre mente y materia  que observamos a través de la atención a las sensaciones que experimentamos en el cuerpo nos pone en contacto con nuestra conciencia corporal que permite conocernos y tomar cuidado de nosotros mismos. La observación ecuánime  de la mente y los contenidos mentales, facilita romper la circularidad repetitiva de pensamientos y la fatigante acción de pensar continuamente en lo que ya hemos pensado hasta la saciedad, negando la posibilidad de que en el reposo mental surjan nuevas ideas que alimenten la conciencia o un solaz a la existencia. El proceso terapéutico combina técnicas de la psicología humanística y transpersonal y de la psicología cognitivo conductual con la meditación, que facilitan el desarrollo y la integración de aspectos fundamentales inherentes a la condición humana: lo físico, lo emocional, lo sensorial, lo imaginativo, lo creativo, lo ético, lo social, lo volitivo, lo espiritual y lo transpersonal. Poner en acción  lo anterior, nos hace personas más competentes y comprometidas con nosotros mismos, con el entorno familiar, social, académico y laboral y proporciona elementos para afrontar conflictos y situaciones adversas. Acentúa la empatía, el respeto y la tolerancia hacia los demás y, en último término, favorece que hagamos un mundo más justo, pacífico, armonioso, productivo y sostenible. El universo es un receptor sensible de nuestra vida interior. Al expresar nuestro mundo interior por medio de nuestras intenciones, palabras y acciones, nuestro entorno vibra con la alegría o el malestar que las hayamos generado.


Quienes requieran éste tipo  de apoyo pueden  contactarme al correo electrónico: carh52@hotmail.com, messenger de facebook  o agendar una cita al teléfono: 311 506 5012, 

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"¡Oh, cobarde conciencia, como me afliges!...¡Un sudor frió  empapa mis temblorosas carnes!...¿Tengo miedo de mi mismo?...Aquí no hay nadie...Ricardo ama a Ricardo...Eso es: yo soy yo...¿Hay aquí algún asesino?...¡No!...¡Si!...¡Yo!...¡Huyamos pues!...¡Cómo! ¿De mi mismo?...¡Valiente razón!...¿Por qué?...¡Del miedo a la venganza! ¡Cómo! ¿De mi mismo contra mi mismo?...¡Mi conciencia tiene millares de lenguas, y cada lengua repite su historia particular, y cada historia me condena como un miserable! ¡El perjurio, el perjurio en el más alto grado! ¡El asesinato, el horrendo asesinato hasta el más feroz extremo! Todos los crímenes diversos, todos cometidos bajo todas las formas, acuden a acusarme, gritando todos: ¡Culpable! ¡Culpable! ¡Me desesperaré! ¡No hay criatura humana que me ame! ¡Y si muero ningún alma tendrá piedad de mí!...¿Y por qué había de tenerla? ¡Si yo mismo no he tenido piedad de mi!"  (William Shakespeare; La tragedia de Ricardo III) En la conciencia

VIEJAS DIFERENCIAS

Me imagino a Carl G Jung y Ken Wilber, tomando como ejemplo la mesa de negociación del conflicto armado colombiano para en ese contexto, explicar como actúan tres conceptos desarrollados por ellos, que tienen que ver con la dinámica de las relaciones personales e interpersonales. Dirían ellos, analicemos  la sombra , la persona y la proyección  entrando en acción cuando de acusaciones se trata. El primer error para zanjar diferencias, añadirían,   es partir de  que hay un bando bueno y otro malo. Este juego de liberarse de culpas acusando al otro, es una mala entrada, puesto que cualquier negociación debe partir de las causas que originan un conflicto y resulta que al mirar las responsabilidades, no hay cabida para el juego del bueno y del malo ¿Bueno es quien ostenta el poder desde el estado  y malo el que lo ostenta desde otro lado? No dice  mucho esto si, de reconocer, reparar y no volver a incurrir en las causas, se trata. Puesta la mano en el corazón, todos saben que todos  car